Había una vez unas fotos.  Una visita a Realidades Instantáneas

Por Annabel Petit 

Archivo personal familia Petit Alvarado

Archivo personal familia Petit Alvarado

Una instantánea es momento atesorado en su continente plano, donde color y opacidad se mezclan en los más vibrantes discursos. Puede ser la alegría de una reunión familiar, puede ser una fiesta de disfraces, puede ser un registro fílmico de un montaje. Pero a  la vez, una instantánea es también, un momento solo, como lo es un recuerdo. Un momento silencioso, si decide que nada se diga, pero con infinitas emociones qué despertar solo de someterse a la mirada. Y lo que ocurre adentro, inofensivo o inquietante, doméstico, social, erótico, pornográfico, tierno o contundente se expande en imágenes mayores, aquellas que nos permiten narrarnos el qué nos pasa y qué sentimos en la exposición.

Permitirnos el paseo por Realidades Instantáneas es jugar con este discurso que habla o este discurso que decide callar. Así cada foto va convirtiéndose en un ensayo titubeante del usuario que se acerca a las imágenes, o en ensayo develado por experimento o por realidad como testimonio de un artista (de esas fotografías que son parte de colecciones personales, guardadas en cajas, cedidas, escondidas casi). Pero en esos ensayos en pequeño formato hechos en cada instantánea, está ocurriendo mutuamente en el que mira y el que se deja ver, un acercamiento.

La polaroid, -como reza el comercial de la SX70 también exhibido en la muestra-, acorta la distancia entre el fotógrafo y la imagen como nada más podría hacerlo. El tiempo se puede tomar escasos segundos para guardarse en una imagen, una intención, un momento perdurable. Las instantáneas son gabinetes visuales logrados para hacernos ver toda su dimensionalidad. Ahora cada momento está allí para apreciarlo o para descartarlo, tal y como si tuviéramos un mazo de fotos en la mano, una colección. En la exposición el azar del gusto nos hará escoger nuestra favorita, la que más habla a nuestra sensibilidad. Pero de una manera entretenida, y sobre todo, viva, hoy que necesitamos tanto de esa sensación de vitalidad de lo que somos a la luz de una memoria venezolana.  Un ángulo de la Biblioteca Central de la UCV nos hace entender su ligera variación con respecto a otro ángulo del mismo edificio, o personas diferentes en la misma plaza resignifican una plaza diferente, parecida a una gran plaza que como toda plaza en el mundo, se llena de sus iguales diferencias entre las personas. Las impresiones de un artista sobre la sexualidad se abren a la narrativa que permite una de sus fotos intercalada entre el erotismo: cuatro niños que miran fotos y parecen hablar con picardía de ellas. Las mariposas o las flores registradas en diferentes momentos del día, atienden a la necesidad de entender la búsqueda del artista que atiende esos cambios. Otro fotógrafo cuenta un cuento con personajes/objetos de diseño, y un diseñador crea cofres de tesoros en la disposición teatral de sus objetos. Desde un vehículo en movimiento con la bella disposición que da la suerte, el paisaje, la velocidad y la luz de cualquier tarde venezolana, otro grupo de artistas reunió sus polaroids. La vitalidad de las instantáneas en esta muestra proviene directamente del discurso que vamos formando porque  en seguida nos sentimos parte de lo que se retrata. Su ligereza invita a que nos ensayemos, y que permitamos al artista/fotógrafo ensayarse. Las polaroids de Realidades Instantáneas se expanden narrando su gracia; se registran para ser autorretrato, un desnudo en una tarde, un set paradisíaco o una experimentación de las luces y de acabados. Y también para lograr revelar algo inesperado: lo entrañable de la imagen. Así, liviana como una fotografía, y flexible como el amor – como el libro del cuento de Francisco Massiani  “Había una vez un tigre”- esta exposición también lo es. Había una vez unas fotos en estas Realidades Instantáneas.

 

Annabel Petit.

Septiembre, 2015

 

La exposición Realidades Instantáneas tuvo lugar desde el 11 de septiembre hasta el 25 de octubre de 2015  en la Sala TAC con la curaduría de Sagrario Berti, museografía de Gerardo Báez y el patrocinio de Fundación Telefónica

Descarga el catálogo de la exposición aquí

 


Annabel Petit, caraqueña, 1978. Licenciado en Letras de la UCV donde culmina actualmente su maestría en Teatro Latinoamericano. Ha realizado estudios musicales y participado de diversos talleres de escritura, tanto de narrativa como de poesía. Actualmente es docente escolar en el área de Literatura, y redactora e investigadora para diferentes publicaciones.

 

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