Descenso, la primera exposición individual de Lucía Pizzani en House of Egorn, abre el 20 de enero en Berlín

Con un cuerpo de trabajo completamente nuevo Pizzani gira el enfoque de su obra hacia las desesperadas condiciones de vida impuestas por el colapso socio-económico en Venezuela, el país donde nació la artista. Como muchos venezolanos de su generación que han sufrido el auge de un régimen populista y una creciente reducción de las libertades civiles bajo el mandato de Chávez y su sucesor, Pizzani vive en el exterior desde hace varios años. A pesar de tener las mayores reserva de petróleo del mundo, el país enfrenta una rápida contracción de la economía y una tasa de inflación que se acerca al 1.000 por cierto, crecientes niveles de violencia, así como también una generalizada escasez de alimentos y medicinas, llegando al punto de una crisis humanitaria sin precedentes.   

Descenso comunica estas ideas de miedo constante por el bienestar de sus seres queridos que aún viven en su país, sin saber si algún día acabará el auto exilio.  

 

 

Una de las obras centrales de la muestra es Cesta Básica (2016), una serie formada por un grupo de fotogramas hechos con diferentes tipos de productos de la lista que gobierno Venezolano estipula como artículos esenciales para la sobrevivencia mensual de una familia. Paradójicamente, la crisis de abastecimiento ha hecho que el valor de una cesta básica ha llegado a equivaler 18 salarios mínimos, trayendo como consecuencia el hambre generalizada y la mala nutrición de los niños. En los fotogramas de Pizzani, estos alimentos tiene cierta apariencia espectral, parecen casi como objetos impalpables de adoración y deseo que constantemente evaden nuestro asimiento. Frecuentemente sin llevar consigo ninguna semblanza identificable con el objeto original, cada composición en estas piezas fue cuidadosamente construida con la intención de volver estas imágenes casi abstractas. Ellas logran una cualidad surrealista que refuerza la elección de una técnica analógica y tradicional asociada con este movimiento artístico. 

 

En otros trabajos Descenso explora la noción del declive a través de la imagen de la serpiente y de sus varios significados simbólicos asociados a ello, en diferentes culturas. En la iconografía histórica del arte occidental la figura de la serpiente aparece más notablemente en las representaciones de la “caída del hombre” como la mentirosa responsable por la degeneración humana, quizás su connotación más conocida. Los antiguos Griegos, por otro lado, vieron el animal como un símbolo de regeneración y sanación -la muda de piel significa renacimiento-, exactamente la interpretación opuesta a la alegoría Cristiana. Pizzani se apropia de estos y otras varias narrativas simbólicas en un nuevo video titulado Ciclo (2016), en el cual una colección de imaginería encontrada relacionada con la figura de la culebra se mezcla con un material más oscuro, como la video documentación, aparentemente casera, de un contrabandista despellejando una serpiente e imágenes de la prensa de civiles buscando comida en la basura en la Venezuela contemporánea. Sin sonido ni color, este corto film es un retrato crudo de la violencia diaria infligida sobre una población que vive bajo un régimen dictatorial y determina el tono de lo que es quizás la exposición más personal de la artista.

 

Como en proyectos anteriores, Pizzani evita un tratamiento literal, enfocándose más bien en la cuidadosa manipulación de técnicas y materiales para producir obra cuyo significado se mantiene sugerente y abierto. Cuaimas (2016) es una nueva serie de esculturas de cerámica titulada como la serpiente más venenosa de Sur América. En Venezuela, cuaima es también una forma peyorativa de llamar a las mujeres dominantes, maliciosas o indignas de confianza: un detalle importante que agrega otro nivel más de asociaciones a estas palabras. Esta serie mantiene el aspecto orgánico característico de piezas anteriores, pero esta vez muestran una superficie texturizada lograda a través del uso de diversas telas en el moldeado que evoca la piel escamada de las serpientes. La cualidad táctil de estas superficies se profundiza con el uso exclusivo de esmaltes negros, que destacan el detallado diseño a la vez que le dan un acabado baboso.   

 

En Descenso, Lucía Pizzani trabaja en paralelo con una investigación de materiales y sus posibilidades formales y la expansión de su indagación en el campo político para producir una narrativa fragmentada y en múltiples estratos sobre el decaimiento venezolano de poder petrolero a abismo humanitario. A pesar de las sombrías perspectivas en el futuro cercano de su país, Pizzani nos deja con una reveladora imagen al final de su video Ciclo: el ouroboros -or el “devorador de cola” en Griego-, que simboliza la naturaleza cíclica del universo, recordándonos, una vez más, que todo esta constantemente en estado flux y transformación.

 

NOTA: Realizado con fragmento del texto curatorial de Kiki Mazzucchelli. 

Imágenes cortesía de Lucía Pizzani 

 

Lucía Pizzani
Descent
20 January – 25 February 2017
Texto curatorial de Kiki Mazzucchelli
House of Egorn
Schöneberger Ufer 51
10785 Berlin
www.houseofegorn.com

 

 

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