Cortafuegos. Por Hannia Gómez

Publicado originalmente en El Nacional  24 de febrero, 2015

 

“El hombre ha embellecido a la Naturaleza a fuerza de besarla”.

Antonio Gala.1

 

1. La “otra” cercha

Aunque con un poco de retraso -pero sin que se nos pasara desapercibido- hoy queremos celebrar aquí la buena noticia mundialmente anunciada desde Munich el mes pasado de la selección de un proyecto realizado por tres estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, entre los de 1400 estudiantes de todas partes del mundo que participaron en la segunda edición de los Archi-World Academy Awards (2013-2015).2 Este singular premio estudiantil global fue creado para dar “oportunidades a los futuros talentos de la arquitectura”, y lo interesante que tiene es que los doce galardonados pasan a trabajar ipso facto en una serie de rutilantes firmas de arquitectura de todo el mundo. Es decir, la oportunidad poder comenzar con buen pie la carrera. Que no es poco, en el mundo de la arquitectura.

 

 

version bn copy Vista del proyecto desde la cota mil, “Prototipo AMPZ‐1045”

 

Las jóvenes venezolanas que ganaron, entre estudiantes de India, Bélgica, Chile, Holanda, Rusia, México, Alemania, Australia, Italia, USA y España, son Carolina Travaglio (quien presentó el trabajo a concurso y recibió el galardón), Samantha Pieters y Johanna Arias. Su proyecto, titulado “Puente cultural para la ciudad”, un puente de acero lanzado audazmente sobre un abra del Avila en las cercanías de Maripérez a la altura del cortafuegos, fue originalmente un ejercicio de octavo y noveno semestre propuesto por los profesores de la UD. 09 de la FAU-UCV, Ricardo Sanz y José Luis Sánchez, contando como jurado final al Premio Nacional de Arquitectura, Joel Sanz. De hecho, esta fue la última corrección académica de nuestro desaparecido amigo.

 El llamado puente “Prototipo AMPZ‐1045” nos subyugó desde que lo avistamos en las redes. Y, con el con perdón de los lectores, no podemos sino describirlo echando mano de la jerga arquitectónica. El hermoso puente fue, como afirman sus tutores, “pensado en acero para que funcionara mas espectacularmente, a partir de dos prismas virtuales”.3 Nacido del encuentro entre un alongado prisma -que es el que tiene la función de salvar la luz de la vertiente- con otro virtual dentro del cual se producen secuencialmente todos los espacios y los volúmenes, la “cercha habitable” resulta una especie de onírica ciudad suspendida que evoca a las vanguardias de la primeras arquitecturas modernas del siglo pasado, pero suavemente trasmutadas al gusto arquitectónico de hoy.

 

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El arquitecto Joel Sanz, Premio Nacional de Arquitectura, corrigiendo el proyecto ganador.

Imagen rodrigo Marín

 

El uso cultural se va desglosando linealmente sobre el vacío, pero también verticalmente, sobresaliendo por encima o descolgándose por debajo del horizonte de la macroestructura, cuyo lenguaje es enfáticamente tecnológico. Según pasamos el puente vamos encontrando un gran patio cuadrado, una alta antena, una galería circular y una enorme biblioteca colgante, elementos que resuelven de manera abstracta el salto monumental del abismo. De lado a lado del piedemonte avileno, continuando el camino del cortafuegos, también van apareciendo las referencias: al Contructivismo ruso, a Iván Leonidov, a la pasión por los nodos estructurales de Joel Sanz.. y a la inevitable Box-Manía de los últimos tiempos.

 

2. Volver a las esencias

Las facultades de arquitectura también tienen memoria urbana. Este ejercicio tan justamente premiado en Alemania rinde homenaje al proyecto del Parque Lineal del Avila que asignara a los estudiantes de la FAU -y también de la USB- el profesor Carlos Gómez de Llarena -otro Premio Nacional de Arquitectura- hacia 1990, cuando propusiera una larga franja interfaz entre la ciudad y su monumental parque nacional hechas de capas verticales sucesivas de usos y servicios. Pero también hace memoria de los tiempos en que la Facultad de Arquitectura y Urbanismo producía ejercicios de diseño más teóricos y especulativos y menos pragmáticos que aportaban mucho más al pensamiento de la ciudad y a la evolución del arte de la arquitectura.

Ese, al menos, fue el objetivo que se propuso este trabajo en 2013, hoy justamente reconocido internacionalmente. La Facultad de Arquitectura quiere volver creativamente a las esencias, por no decir asu esencia: ser, como lo fue siempre, una de las mejores escuelas de arquitectura del planeta. Así la recuerdo yo.

 

NOTAS:

1. Antonio Gala, Los papeles de agua, Planeta (2008): p. 269.

2. Archi-World Academy / Global Student Competition: http://www.awacademy.org/

3. Hannia Gomez. Entrevista a los arquitectos Ricardo Sanz y José Luis Sánchez. FAU-UCV, Caracas, febrero de 2015.

 

*Agradecimientos a Ricardo Sanz, Hannia Gómez, El Nacional

 

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