Por Lourdes Blanco
Iris Peruga, quien falleció ayer luego de haberse distanciado del mundo del arte al cual tanto contribuyó, fue una de las figuras curatoriales más analíticas y originales que ha tenido el campo de las artes plásticas de Venezuela. Todas sus exposiciones resultaban sabias, balanceadas, agudas y reveladoras.
Realizaba proyectos expositivos con artistas fundamentales que por lo general no eran populares sino prominentes y cuya significación aún no estaba desentrañada por la crítica o promovida por el mercado, pero que ocupan un sitio en el círculo mayor del arte, cuya obra requería de investigación para ser sistematizada y divulgada coherentemente. No ha habido un artista de los que fueron curados por Iris que se haya salvado de la fama.
1986. Cubismo y tendencias afines
Los resultados fueron siempre catálogos importantes que lograban hacer historia colocando al artista en su justa dimensión. Así sucedió con la gran exposición y catálogo que le dedicó a la artista Gego, y con otros artistas notables como Gonzalo Fonseca, Gabriel Morera, Gerd Leufert, o con los más antiguos del país, los de la época prehispánica, los de la colección Camay del Colegio La Salle en Barquisimeto.
Como testigo fundamental de muchos años al servicio del Museo de Bellas Artes, bajo varios directores, incluyendo su mentor principal, Miguel Arroyo, también realizó un libro histórico, con motivo de los cincuenta años de la institución: un volumen fundamental para la historia del museo de arte más antiguo del país, y de lo que esa historia podía contar cuando el arte fue el motivo principal de la institución.
Iris era oriunda de España pero escogió permanecer en Venezuela para ser fiel al país que le había formado. Iris comenzó su carrera profesional como asistente de la junta de la Sociedad de Amigos del Museo de Bellas Artes.
1985. Nenias de Gerd Leufert
De allí pasó al Registro del MBA, recien creado por su director, y algunos años después, a su departamento curatorial y a las grandes exposiciones de arte latinoamericano.
En una temprana imagen hacia 1968, se le ve a Iris ayudando a preparar a los Petroglifos de Guri que la Corporación Venezolana de Guayana había acordado exhibir en el Museo de Bellas Artes en una exposición que marco un hito desde el punto de vista de la logística del traslado de grandes piedras y su colocación y ambientación en el MBA.
Aunque realizó estudios en el colegio del Louvre en la década de los ochenta-novent, siempre atribuyó su sentido curatorial integral al haber experimentado trabjar en el equipo del MBA al lado de Miguel Arroyo, Gerd Leufert, Prisca Dale, Álvaro Sotillo, Carlos Duarte, María Elena Huizi y, algunos años más tarde, María Elena Ramos, Mariana Figarella y Luis Miguel La Corte.
Algunas de sus exposiciones más importantes estuvieron dedicadas a la escultura, la cual estudió muy de cerca siendo muy sensible a esa categoría desde que le tocara analizar la evolución de la temprana escultura moderna venezolana, actividad que emanó de su participación en la exposición organizada entre varios museos de la capital y dedicadas a la época de Gallegos.
Uno de sus textos inéditos es sobre la escultura pues con Valerie Brathwaite había concebido una serie de charlas que acercaran al público a la apreciación de la escultura, a partir de Rodin, que serviría para hacer que se comprendiera tanto lo clásico como lo radical o lo nuevo, incluyendo las manifestaciones más insólitas de la postmodernidad. Quebrantos de salud y lo que ello significó en procesos curativos y de recuperación, impidieron que el público tuviera esa experiencia en directo de quien ha sido precisamente una de las curadoras más sobresalientes de la escultura en Venezuela.
Iris tenía un voz muy suave pero una voluntad férrea para delinear su propósito y su visión, ética y coherentemente, de las artes plásticas y de los sobresaltos que le tocó conocer y disfrutar, y que promulgó con histórica certeza.
LB
23-8-16
*Agradecimientos a Lourdes Blanco
Algunas anotaciones sobre las exposiciones.
Exposiciones como curadora / coordinadora:
1985.- Nenias de Gerd Leufert
1990.- Marcelo Bonevardi. Tiempo y espacio de lo sagrado
1992.- La escultura de Miguel Borrelli: lugares de silencio
1993.- Formas rituales. Vida y muerte en la cerámica prehispánica de Camay
1994.- Espacios imaginarios y reales. Tintas de Gerd Leufert
1995.- Mundos de Gonzalo Fonseca
1996.- Gabriel Morera. Breve antológica 1960-1996
2000.- Gego 1955-1990
2001-2002.- Del cuerpo a la imagen. Escultura, objetos e instalaciones
2003.- Iluminaciones I. Colección del Museo de Bellas Artes
Curadurías en colaboración:
1985.- Tiempo de Gallegos. 1910-1950: cuatro décadas de creación en Venezuela. La escultura en Venezuela, 1900-1950 (en colaboración con Luis Miguel La Corte y Mariana Figarella=
1990.- Escultura europea contemporánea (en colaboración con Marco Rodríguez del Camino)
1991.- El espacio (en colaboración con Ma. Elena Ramos y otros)
1993.- Oscar Pellegrino. Pacto con el arte, pacto con la vida ( en colaboración con Katherine Chacón)
1995.- ¿Fuera del centro? Arte argentino en las colecciones venezolanas (en colaboración con la curadora argentina Irma Arestizábal)
1996.- Joaquín Torres-García y la Escuela del Sur (en colaboración con Cecilia de Torres)
2002-2003.- Gego, 1955-1990. Una selección (selección de la exposición del 2000, itinerante por The Museum of Fine Arts, Houston; Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, México; Museo Rufino Tamayo, México)
Otras publicaciones:
1986.- Cubismo y tendencias afines en el Museo de Bellas Artes (Introducción y coordinación de libro)
1987.- Cincuentenario: una historia (Autora en colaboración con José Ma. Salvador)
2003.- Gego. Obra completa. publicado por Fundación Gego, Fundación Cisneros y MBA (en colaboración con otros autores)
Gracias Rígel García por las anotaciones y las imágenes
